La cruda realidad de las vacas lecheras

La realidad que hay detrás en un vaso de leche de vaca es mucho más triste e injusto de lo que imaginas.
La cruda realidad de las vacas lecheras

Es importante saber de dónde viene la leche que bebemos cada día. Y es que, detrás de un vaso de leche hay toda una industria láctea de la que poca gente conoce. Para la producción de leche, las vacas son sometidas durante toda su vida a lo que podría  considerarse un maltrato físico y psicológico. Sufren numerosas inseminaciones artificiales, ya que, como las personas, sólo producen leche después del parto, y además, las separan de sus crías al nacer. Esto nos lo explica el artículo de El País: “Joaquin Phoenix dijo la verdad en los Oscars sobre las vacas lecheras”.

El actor y ambientalista americano puso el foco en este trato injusto en su discurso en los Oscars cuando ganó el premio al mejor actor por “El Joker”. Como lo citan en el artículo de El País: “Nos sentimos con derecho a inseminar artificialmente a una vaca y robar a su bebé”. Siempre es positivo que un actor o personaje público haga estos discursos para poder llegar a más gente y concienciar sobre una realidad que tenemos olvidada.

Como se explica en la web de Igualdad Animal, las vacas, tienen un gran instinto maternal, y sufren esta separación de sus crías, lo cual psicológicamente es muy dañino e incluso traumático para el animal. Es una realidad que poco a poco está saliendo a la luz, pero todavía falta mucho camino por recorrer para que esto cambie. 

La crueldad se muestra en números también. Sólo en España, una hora antes de separar al ternero de su madre, más de 836 000 vacas son explotadas para obtener leche y casi 1 millón de terneros son sacrificados para la carne, según Igualdad Animal

Pero la industria láctea también afecta negativamente al medio ambiente. La leche genera, entre otros tóxicos, dióxido de carbono, lo cual ya se sabe que es dañino para la atmósfera. También se consumen cantidades extraordinarias de agua potable. No solo estamos dañando y traumatizando a animales indefensos, sino que también destruimos el planeta.

Por lo tanto, la mejor solución sería dejar de consumir leche de vaca. Así evitamos el maltrato que sufren las vacas en las granjas, evitamos los embarazos y partos forzados para la producción de leche, evitamos la muerte de miles de terneros que acaban de ser separados de sus madres, ahorramos millones de litros de agua, y reducimos el dióxido de carbono. Desde mi punto de vista solo existen consecuencias buenas en dejar de beber leche.

Como alternativa, existen muchas leches vegetales como la de soja, de avellana, de avena, de almendra, etc. Se puede obtener el mismo hierro que contiene un vaso de leche de vaca si lo reemplazamos por frutos secos como los anacardos, la avena, o en el tofu, las espinacas, y muchos otros alimentos. 

Entonces, ¿vale la pena el maltrato a las vacas lecheras y al medio ambiente sólo por obtener un vaso de leche?