“El arte de escribir: fantasía, maña e incertidumbre”

“El arte de escribir: fantasía, maña e incertidumbre”

 

Con motivo del vigésimo cuarto certamen literario en la UIC (1998-2022), Doblecheck dirige su atención al quehacer narrativo desde la óptica del laureado polígrafo Carlos Pujol (1936-2012). De forma que la selección literaria propuesta sirva de apoyo y lucidez para quienes tratan de encaminar su recorrido artístico.

La figura idealizada del escritor suele presentarse algo difusa, pero no por ello menos atrayente. Lo imaginamos como una especie de taquígrafo emocional que desgrana las verdades más difíciles de exteriorizar. Alguien capaz de aprovechar cualquier superficie con tal de construir un relato sustancioso. Así pues, confiamos nuestro tiempo a quienes cuentan con la destreza de la palabra. El escritor - ya sea por el público hipnotizado o los humos de superioridad - acepta el cometido de su posición, y sube a la nave de mando. Lo que no sabe es que, por desgracia, los mandos de pilotaje nunca vienen con instrucciones. 

Carlos Pujol, en un intento por relativizar la posición del escritor, recoge una serie de escritos sobre el artista y sus dilemas cotidianos. No tanto para devaluar la magnitud de sus obras, sino más bien para satirizar el ‘quiero y no puedo’ del personaje; quien hace todo lo posible por creer en las invenciones que artificia. 

Cuaderno de escritura, Tarea de escribir y Los ficticios recopilan la tragicómica experiencia de quienes se atreven a abordar la virtuosidad literaria. Un anhelo inestable, limitado por el talento, donde la práctica con el lenguaje y sus peones (las palabras) no siempre acaba en final feliz. 

La selección de obras brinda un conjunto descriptivo breve y enriquecedor, dividido en aforismos, reflexiones críticas y variedad de escenarios ficticios. En cada una se trata la supervivencia en la vida literaria, los pilares del oficio y la ambigüedad lingüística. La mezcla entre máximas estilísticas y el contacto del artista con su entorno, entrevé la dificultad que supone la convivencia entre fantasía y realidad; en un mundo donde no interesa divagar, mientras el exceso y la impaciencia nublan la búsqueda de lo trascendente. 

«Escribir lo que no se sabe de la mejor manera que se sepa», «El estilo siempre es selección, nunca acumulación» y «Mezclar con criterio armonioso locura y medida» son algunos de los preceptos con que el difunto escritor trata de capturar la esencia creativa del artista. Sin olvidar la presencia de personajes variopintos (aspirantes a dicha labor) confundidos en el transcurso de su aplicación.

Esta recopilación literaria llama a la desmitificación de una figura incomprendida, elevada por el entorno mediático y perjudicada por el ansia de sublimidad. Alguien que deja llevarse por la belleza del oficio que practica. Carlos Pujol, con el objetivo de relajar la soberbia del artista demuestra cómo incluso el más experimentado escritor pertenece al juego de la duda. Desprotegidos por la incertidumbre del lenguaje, el señor Pujol nos invita a reír ante nuestra pretensión ingenua por controlar la originalidad.