Primeras imágenes de James Webb y descubrimiento de Eärendel.

Primeras imágenes de James Webb y descubrimiento de Eärendel.

Ya podemos observar las primera imágenes recibidas del telescopio James Webb  tras menos de cuatro meses desde su lanzamiento.

Imagen del  telescopio James Webb

 

Investigar el origen del universo, es un trabajo que la NASA, trata de investigar en su día a día y tras veinticinco años de desarrollo, el observatorio conocido por el nombre de James Webb fue lanzado a finales de diciembre del 2021 con el fin de saber más sobre el nacimiento cosmos.

A diferencia de su antecesor, el telescopio espacial Hubble que órbita alrededor de la tierra, el James Webb gira alrededor del sol. El hecho de que se encuentre lejos de la tierra evita que se puedan crear interferencias lumínicas, por tanto permite ver más estrellas a mayor distancia, puesto que el nivel de oscuridad alrededor del telescopio es mayor. 

El telescopio James Webb está compuesto por dieciocho espejos independientes con una capa de oro, que forman una curvatura similar a la de las antenas parabólicas. Cada uno de ellos de forma independiente se ha de orientar al centro de la parábola, hasta que todos sean capaces de ver lo mismo en el sensor del telescopio. Este trabajo de sincronización de espejos puede durar hasta tres meses. 

Tras varios meses en el espacio, se ha conseguido la primera imagen nítida de la estrella 2MASS J17554042+6551277, después completar una fase crítica en la alineación de sus espejos. Aunque la NASA advierte, que todavía quedan meses de prueba para que el telescopio James Webb se pueda calificar como ‘operativo’.

Imagen de la estrella 2MASS J17554042+6551277

 

Esta imagen ha sido muy relevante, puesto que unos meses atrás, el telescopio consiguió imágenes de la estrella HD 84406, en dieciocho puntos diferentes, pero en la fotografía no se lograba apreciar una imagen nítida de la estrella. En ese momento, los expertos de la NASA aseguraron que una vez se hubieran alineado todos los espejos, se podría ver la estrella. Y no se equivocaron, ya que unas semanas más tarde consiguieron la primera imágen nítida de una estrella, tomada por el James Webb.

 
Imagen de la estrella HD 84406  - James Webb

 

Sin embargo, para poder realizar estas exploraciones y conseguir imágenes de las estrellas más lejanas de nuestro universo, es muy importante enfocarnos en su tecnología. Para alcanzar tan alto nivel de calidad en una imagen, la temperatura en un lado del telescopio, el más cercano al sol, ha de conseguir reducirse hasta -233 grados centígrados. Por este motivo, el telescopio cuenta con unas placas llamadas velas  que consiguen reducir su temperatura, para que el James Webb pueda trabajar. Mientras que la parte más lejana y oculta, no tiene este inconveniente, puesto que roza la temperatura de cero absoluto. Esta baja temperatura es la que permite que se pueda observar cualquier radiación infrarroja por minúscula que sea, es decir, se puede ver la luz que generaron estrellas que hace millones de años desaparecieron.

Una de las ventajas del telescopio James Webb, es que su capacidad de observación es tan superior al telescopio Hubble, que es capaz de ver el origen de las primeras estrellas de nuestro universo, más o menos unos 13.500 millones de años atrás, con lo cual esto permitirá investigar y encontrar cómo se originó nuestra galaxia. Por lo tanto, el hecho de que se encuentre orbitando mucho más lejos que su antecesor, no es impedimento para llevar a cabo su objetivo. 

 
Imagen del telescopio Hubble

 

A finales del mes de marzo de 2022, el telescopio Hubble ha descubierto a ‘Eärendel’, la estrella individual más lejana nunca vista hasta ahora.

Esta estrella existió a una distancia de 12.900 millones de años luz, cuando el universo se formó y era bastante joven. Según las observaciones del Space Telescope Science Institute (STScI), el centro de operaciones científicas de ambos telescopios, ‘Eärendel’ surgió durante los primeros mil millones de años tras el nacimiento del universo hace 13.800 millones de años.  Además, se estima que podría tener al menos 50 veces la masa del Sol, con lo que la convertiría en una estrella mucho más brillante que la de nuestro sistema solar.

Hasta el momento, el récord de detección de una estrella individual, era la ‘Ícaro’, la cual también fue descubierta por el telescopio Hubble en 2018 y se encontraba a 9.000 millones de años luz de la Tierra.

Volviendo al telescopio James Webb, actualmente, se encuentra a una distancia aproximada de 1,5 millones de kilómetros de la tierra. Este, sin duda alguna, es un inconveniente, porque aunque es cierto que podemos buscar más información sobre nuestra galaxia, si este sufre alguna avería no se puede reparar, ya que se encuentra muy lejos de aquí. Mientras que su antecesor, el telescopio Hubble, en caso de que se tuviera que realizar un trabajo de mantenimiento, al encontrarse mucho más cerca, alrededor de la tierra, se puede enviar una nave para repararlo, como ya ha pasado en alguna ocasión.