Frankenstein: El mito de la identidad humana
Después de numerosas versiones cinematográficas —la mayoría sin demasiado éxito—, la obra original continúa siendo la gran referencia para los amantes del cine y la literatura gótica. Sin embargo, Del Toro propone ahora algo distinto: una reinterpretación que busca acercar la historia de Shelley a nuevos públicos. Su estreno mundial llega de la mano de Netflix, aunque antes pasó fugazmente por salas de cine para poder disfrutarse en pantalla grande.
Guillermo del Toro es conocido por su habilidad para combinar la fantasía y el realismo mágico, dotando a sus criaturas de alma y emoción. Así lo demostró en La forma del agua, El laberinto del fauno o Hellboy. En esta ocasión, adapta al monstruo más icónico de todos los tiempos, y lo hace de manera formidable.
El sello visual del director mexicano vuelve a estar presente: un universo de imágenes poderosas y una estética gótica y atmosférica que envuelve al espectador. Este estilo potencia el recorrido de Victor Frankenstein (Oscar Isaac), un hombre decidido a desafiar a la muerte devolviendo la vida a un ser humano.
Jacob Elordi interpreta al monstruo de Frankenstein, un ser que experimenta la humanidad mientras lucha con impulsos violentos. Su interpretación evoca inevitablemente al mítico Boris Karloff, pero le aporta nuevas capas de sensibilidad y tragedia.
Una de las grandes virtudes de esta adaptación es su capacidad para renovar una historia conocida a través de un diseño de arte y vestuario deslumbrante. El espectador se sumerge por completo en el universo de Del Toro, sintiendo tanto la emoción como la desesperación del doctor Frankenstein. El director explora las motivaciones del protagonista con mayor profundidad, mostrando su infancia mediante flashbacks que revelan el origen de su obsesión por convertirse en un “moderno Prometeo”.
Asimismo, el film ahonda en las emociones del monstruo, que deja de ser una simple bestia para convertirse en un reflejo de la condición humana. Surge entonces la gran pregunta: ¿quién es el verdadero monstruo?
En conclusión, Frankenstein no es solo otro relato de terror, sino una profunda exploración sobre la mente humana y la arrogancia de quienes juegan a ser dioses. Una película visualmente impactante, con personajes intensos y un inconfundible sello autoral.
Quizá habría merecido una estancia más larga en las salas de cine antes de llegar a la plataforma, pero no cabe duda de que debemos agradecer a Netflix haber hecho posible la visión del legendario Guillermo del Toro.