Pablo Pérdigo: “Un sello que demostrase que teníamos algo que ofrecer al mercado más allá de un título académico”

Pablo Pérdigo y Edu Prats, dos exalumnos de la UIC, nos explican el impacto que tuvo para ellos ganar el Premio IMMA durante su etapa en la universidad

En muchas ocasiones ganar un premio no siempre cambia tu vida, pero puede abrirte una primera puerta para darte a conocer. Este es el caso de dos exalumnos de Publicidad y Relaciones Públicas de la Universitat Internacional de Catalunya, Pablo Pérdigo y Edu Prats. Durante su etapa universitaria pudieron presentar un proyecto que fue galardonado con el Premio IMMA (Premio Miscelánea de Publicidad y Relaciones Públicas). Este reconocimiento no solo destacó el talento de dos jóvenes estudiantes ni fue un simple añadido al currículum sino que les sirvió como impulso para el mundo profesional demostrando que tenían grandes ideas y proyectos interesantes por cumplir.

En esta entrevista, ambos nos cuentan cómo surgieron las primeras ideas de su proyecto, que significó para ellos ganar el premio y que es lo que piensan del proyecto a día de hoy. También nos proporcionan consejos para todos aquellos estudiantes que se plantean presentarse a los Premios IMMA de los próximos años y nos enseñan a que aquellas pequeñas ideas que tenemos en mente a veces sí que crean grandes proyectos que pueden acabar siendo muy reconocidos.

Pablo nos explica que en su caso no fue solo una vez: “Gané dos Premios IMMA, uno en primero y otro en cuarto de carrera”. Ambos proyectos nacieron en el marco de asignaturas universitarias, pero con una motivación clara: “Sabíamos que, al terminar la carrera, necesitábamos un sello que demostrase que teníamos algo que ofrecer al mercado más allá de un título académico”. Edu también ganó en varias ocasiones y destaca que todos los proyectos con los que se presentó fueron trabajos de clase. “Las ideas solían surgir al momento en el que se nos presentaba el brief. Intentábamos hacer cosas que fueran fáciles de producir y llamaran la atención”, explica.

Aunque hoy ambos miran esos trabajos desde una lejanía crítica, también los recuerdan con mucho cariño. “Cambiaría muchas cosas porque ahora lo veo desde una perspectiva más profesional”, admite Pablo, “pero también dejaría todo tal cual, porque ese proyecto nos permitió ganar un IMMA. Además, es una de esas ideas que, con el tiempo, no han envejecido mal, y eso ya es un logro”. Para Edu, el recuerdo del proyecto queda más allá de su aspecto técnico: “Eran trabajos de universidad sin mucha exigencia de producción. No cambiaría nada, es un buen recuerdo”.

Respecto al impacto que tuvo el premio en sus trayectorias profesionales, ambos coinciden en que no les cambió la vida, pero si les fue útil, “estoy seguro de que me ayudó a conseguir mi primer trabajo”, dice Pablo, quien actualmente trabaja como creativo publicitario en la agencia PutosModernos. Aunque ya no lo incluye en el currículum, afirma que en su momento, afirma que “ fue un punto a favor de mi entrevista laboral. Presumí del IMMA sin pudor”.

Por otro lado, Pablo nos explica que no recuerda exactamente el brief del proyecto con el que ganó el Premio IMMA, pero sí tiene claro cuál era su forma de trabajar durante la carrera: ‘A diferencia del mundo profesional, nuestras ideas solían empezar por el tejado’. Con el tiempo su percepción ha cambiado y ahora puede afirmar que: “una buena idea parte de unos buenos cimientos, es decir, de la estrategia”. 

Para Edu ganar este premio supuso un reconocimiento a su trabajo que como dice él “siempre es bienvenido". “Una vez nos dieron una suscripción a Filmin para que pudiéramos ser más pedantes con el cine”, recuerda irónicamente. También nos explica que las demás ocasiones el premio fue “una palmadita en la espalda gratificante”. Para Pablo, ganar el Premio IMMA fue una experiencia “divertida y gratificante”. Tanto él como su compañero Edu aún bromean sobre cuánto tiempo puede uno seguir presumiendo del premio.

Después de repasar sus experiencias creativas y su paso por los Premios IMMA, ambos animan a los estudiantes de la universidad a participar. Aunque ser galardonado con este premio no te asegura un futuro, sí que es cierto que puede ayudar a abrir nuevas puertas. “Probablemente la personas que les entreviste no sabrá qué son los Premios IMMA, pero siempre queda bien incluirlo en el currículum”, afirma Pablo. Edu por su parte también lo tiene muy claro: “se ve que ahora dan premios y muy poca gente se presenta por lo que es un regalo. Ánimo!”. Más allá del simple hecho de adquirir un reconocimiento, los IMMA sirven para exponer tu creatividad y darte a conocer en un nuevo mundo. 

La experiencia de Pablo Pérdigo y Edu Prats demuestra que aunque ganar un premio universitario como el IMMA no garantice el éxito profesional, si puede ser un gran impulso al comenzar la carrera. Más allá del reconocimiento académico, estos premios les dieron visibilidad, confianza y una primera carta de presentación en un competitivo mundo publicitario. Sus historias reflejan como ideas nacidas dentro del aula, con creatividad y esfuerzo, pueden dejar huella más allá de solo lo académico.